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BBC MUNDO RADIO
Dunga entiende pocas palabras de inglés, pero se atreve con el italiano. Jugó en el Pisa y el Pescara a finales de los 80, antes de dar el salto a la Fiorentina, donde terminó de forjar su ardor guerrero. Esos valores de sacrificio y disciplina relucen en el Brasil que esta noche debuta ante Corea del Norte (20.30 horas). Cinco de sus titulares (Julio César, Maicon, Lucio, Juan y Felipe Melo) juegan en la Serie A y sólo el centrocampista de la Juventus no supera la treintena. Una abrumadora mayoría sobre el resto de campeonatos, donde, si sirve de ejemplo, la Liga sólo presume de Kaká y Luis Fabiano en el once. Una muestra más de que quien apodó Terminator a Dunga, con su marcial corte a cepillo, no iba tan desencaminado.
El lunes hubo sonrisas en la sala de prensa de Ellis Park cuando se le preguntó a Dunga por el poso 'azzurro' de su selección. Pero el técnico, consciente de lo que se jugaba ante la opinión pública, dio vuelta a la sartén en un casi perfecto italiano. "Más bien diría que hay un poso brasileño en esos clubes". Y pasó revista a todos los éxitos de sus tres discípulos del Inter y al segundo puesto en el Scudetto de Juan con la Roma. Nada más terminar su comparecencia, Marcelo Lippi se sentaba en el banquillo de Ciudad del Cabo. Y Dunga parecía con prisa para poder verlo por el televisor. Al jefe de prensa brasileño, Rodrigo Paiva, antiguo agente de Ronaldo, sólo le quedó sonreír y tranquilizar a los que se habían quedado con la pregunta en la boca.
El estilo siempre fue antagónico, pero resulta obvio que Italia y Brasil siguen mirándose de reojo, pendientes de cada movimiento del rival. Nadie olvida que la única amenaza a los cinco títulos mundiales de la 'canarinha' empieza en los Dolomitas y termina en el estrecho de Messina. Por eso los periodistas brasileños cantaron el gol de Paraguay y miraron con fastidio el error de Justo Villar. "Están mal, pero nadie quiere enfrentarse a ellos", reconocía un destacado miembro de la expedición. La última vez que midieron sus fuerzas, la pasada Copa Confederaciones en Pretoria, el doblete de Luis Fabiano dejó fuera a los italianos (0-3).
Esa competición sirvió de trampolín para Felipe Melo, un volante de contención que había pasado sin pena ni gloria por Santander. Pero ahora se siente titular fijo con Dunga, aunque la prensa le afee el sinnúmero de amarillas y su involuntario incidente en un entrenamiento con Kaká. Por detrás de Melo, tres ganadores de la Champions, a las órdendes de otro sargento de hierro como Jose Mourinho. Ese 22 de mayo en el Bernabéu, el único italiano que saltó al césped fue Marco Materazzi en el minuto 91. Así que Lippi no ha podido llamar a nadie del Inter, porque Jose Mourinho no contaba ni con Materazzi, ni con Balotelli, ni con Santon. De hecho, su lista de 24 sólo se nutre de nueve futbolsitas de los tres grandes (seis de la Juventus y tres del Milan). A veces, el mismo Dunga parece más italiano que ellos. Quizá el destino le reserve algún día ese banquillo que ahora ocupa Don Marcello.
