Los ingenieros de la Universidad de Michigan han desarrollado un microprocesador que usa 30.000 veces menos energía en el día en su modalidad de reposo y 10 veces menos energía en su modalidad activa que los microprocesadores comparables, ha informado la UM.
El procesador, al que sus creadores han llamado Phoenix, ha establecido una nueva marca de bajo consumo de energía y de diseño para el empleo en aparatos de avanzada activados por sensores tales como implantes médicos, controles y ambiente y equipos de vigilancia.
Este procesador consume apenas 30 picovatios cuando está en reposo, según la Universidad de Michigan. Un picovatio equivale a una billonésima de vatio. En teoría la energía almacenada en una batería para reloj sería suficiente para mantener Phoenix en operación durante 263 años.
El proyecto lo ha dirigido Scott Hanson, estudiante doctorado en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencia de Computadoras, quien presentará el diseño el 20 de junio en el Simposio del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos sobre Circuitos.
Phoenix mide un milímetro cuadrado, y no hay algo de especial en su tamaño ya que muchos sensores y artefactos electrónicos modernos miden un milímetro cuadrado o menos. Pero Phoenix es del mismo tamaño que su batería, fina como una película, y esto marca un logro importante, ha indicado la UM.
"En muchos casos las baterías son mucho más grandes que los procesadores a los que alimentan de energía y esto expande drásticamente el tamaño y el costo del sistema entero", ha dicho David Blaauw, profesor en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencia de Computadoras.
"Por ejemplo la batería en una computadora portátil es casi 5.000 veces más grande que el procesador y provee sólo unas pocas horas de energía", ha explicado. "El consumo bajo nos permite reducir el tamaño de la batería y, en consecuencia, el tamaño de todo el sistema".
Consumo bajo, tamaño reducido
"Se calcula que nuestro sistema, incluida la batería, es unas mil veces más pequeño que el más pequeño de los sistemas de sensores conocido ahora", ha dicho Blaauw. "Esto podría conducir a toda una gama nueva de aplicaciones de sensores".
Un grupo de investigadores de la UM está probando del Phoenix en un sensor biomédico que controla la presión ocular en pacientes con glaucoma.
La UM ha indicado que los ingenieros creen que procesadores como éste también podrían dispersarse sobre un área para crear una red invisible de sensores que vigile el agua o el aire o que detecten movimientos.
Otro uso posible es la mezcla de los microprocesadores en el hormigón para tener información sobre la integridad estructural de los edificios y puentes nuevos.
Para lograr ese muy bajo consumo de energía los ingenieros del Phoenix se enfocaron en la modalidad de reposo que es la forma en que los sensores pasan más del 99 por ciento de sus vidas. Los sensores se "despiertan" sólo brevemente para hacer su trabajo de computación a intervalos regulares.
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