Sao Paulo, 22 mar (EFE).- Uno de los juicios más esperados de los últimos años en Brasil, por el asesinato de la niña Isabella Nardoni, ocurrido en 2008, comenzó hoy en Sao Paulo con su padre y su madrastra en el banquillo de los acusados.
Los dos reos, que están recluidos en cárceles separadas en el municipio de Tremembé, a 147 kilómetros de Sao Paulo, fueron trasladados en la mañana de hoy bajo estrictas medidas de seguridad hasta el Foro de Santana, donde desde ayer esperan el inicio del proceso decenas de periodistas y curiosos.
Las personas se aglomeraron en las afueras del tribunal y algunas portaban fotos de la víctima o carteles con mensajes en los que reclamaban justicia.
La menor fue encontrada muerta el 29 de marzo de 2008 en el jardín del conjunto de apartamentos donde su padre, Alexandre Nardoni, vivía con su segunda esposa, Anna Carolina Jatobá, madrastra de la niña.
La menor vivía con su madre pero solía pasar fines de semana con su padre, la madrastra y sus hermanos.
Según la versión de Nardoni y Jatobá, el crimen fue cometido por un desconocido poco después de que el grupo familiar regresó a casa de una fiesta.
El desconocido habría penetrado con la intención de robar en el apartamento en el que vivía la pareja junto a sus otros dos hijos y empujó a la niña desde la ventana del sexto piso mientras Nardoni y su mujer bajaban al garaje del edificio a recoger a los otros dos menores, que se habían dormido en el carro.
Sin embargo, las investigaciones apuntaron que se trató de un crimen cometido por el padre y la madrastra por celos de la mujer con la menor, hija de una relación anterior de Nardoni.
Rastros de sangre encontrados dentro del automóvil y en uno de los pasillos del apartamento apuntan a que la niña fue agredida dentro del vehículo camino a casa y después fue estrangulada por la madrastra, ya dentro del apartamento.
Allí, según los fiscales, la pareja creyó que la menor ya estaba muerta y la arrojaron, todavía viva, desde la ventana de una habitación del sexto piso.
Un vecino que escuchó el golpe del cuerpo de la menor al estrellarse contra el suelo avisó a las autoridades, tras lo cual Nardoni y su mujer contaron la versión del supuesto invasor del apartamento, del cual nunca se encontraron rastros.
Los investigadores constataron que una huella encontrada en una cama al lado de la ventana desde la cual fue arrojada la niña era del zapato del padre, y también encontraron en una camiseta de Nardoni restos de una malla de protección de la ventana que fue cortada para poder lanzar a la pequeña.
Los abogados de la defensa argumentan que el padre, en efecto, subió a la cama, pero para sacar parte de su cuerpo por la malla y mirar hacia abajo al percatarse que la menor no estaba en el cuarto.
Un jurado popular integrado por cuatro mujeres y tres hombres será el encargado de determinar esta semana la culpabilidad o no de la pareja, a la cual apuntan todas las pruebas técnicas.
La madre de la menor, Ana Carolina de Oliveira, quien siempre ha considerado culpables a su ex marido y a la madrastra, fue aplaudida hoy cuando entró al tribunal junto a otros familiares.
En total, serán 23 los testigos citados por la defensa y la acusación que serán escuchados por el juez Mauricio Fossen.
El juicio, que comenzó con una hora y media de retraso, está previsto para demorar unos cinco días.