Las aficiones de Athletic y Anderlecht se enfrentan en San Mamés
EDUARDO RODRIGÁLVAREZ - Bilbao - 18/02/2010
ATHLETIC 1 - ANDERLECHT 1
Athletic: Iraizoz; Iraola, San José, Ustaritz, Castillo; Gurpegi (Susaeta, m. 55), Orbaiz, Javi Martínez, Yeste (Muniain, m. 46); De Marcos (Toquero, m. 65) y Llorente. No utilizados: Armando; Koikili, Etxeberria e Iturraspe.Anderlecht: Proto; Gillet, Mazuch, Juhasz, Van Damme; Legear, Boussoufa (Suárez, m. 91), Kouyate, Kanu; Biglia y Lukaku. De Sutter (m. 79). No utilizados: Schollen; Chatelle, Bernárdez, Diandy y Rnic.
Goles: 0-1. M. 34. Contragolpe de Lukaku, falla Iraizoz y marca Biglia. 1-1. M. 57. San José empuja un centro-chut de Susaeta.
Árbitro: Simone Trefoloni (Italia). Amonestó a Legear, Juhasz y Kouyate.
Unos 35.000 espectadores en San Mamés.
En la otra área sufría Llorente. Primero con los centrales que le daban y le daban, le empujaban, le agarraban y el colegiado italiano ni miraba ni pitaba. Y sufría con su propio equipo que le trata, en la forma de jugar, como a un novel, como a un meritorio que está allí para que les devuelva el balón cuando lo baje de las nubes. Así que decidió jugárselo él solo, a sabiendas de que podía y podía con los rugosos centrales del Anderlecht. El resto de compañeros estaba tan lejos que Llorente se empezó a buscar la vida.
A Caparrós, al Athletic, no le preocupa su visibilidad, ni siquiera su previsibilidad. Es plano, en la pizarra, como la casita de las montañas. Da igual. Prevalece el corazón. Más aún cuando se encuentra con un gol insospechado que le acelera la tensión hasta el límite permitido. Incluso así Caparrós reacciona y busca la habilidad, el desborde, la actitud individual, es decir, Susaeta y Muniain, dos bajitos a los que les gusta improvisar de vez en cuando. Y cuando inventó Susaeta se sacó un centro-chut que era gol, pero por si acaso lo remachó San José.
El Anderlecht había sacado su lado más belga, aquel que le hizo grande y pequeño consecutivamente. Le dejó una jugada a Lukaku para que amedrentase a Iraizoz con un disparo durísimo y correteó con Biglia, el pequeño de al lado del grande. El empate no le incomodaba en la misma medida que le picaba al Athletic. Y tenía pica-pica en los bolsillos de Muniain, el otro menor de edad en el campo, de esos que parecen que nacieron para el fútbol antes del parto.
Sulamérica Trânsito
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