supende la construcción de la carretera que dividía un parque natural
Una mujer sostiente un cartel contra Evo Morales en La Paz. | Reuters
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha anunciado que suspende la
construcción de la carretera que iba a dividir un parque natural y
calificó de "imperdonable" la violenta represión policial del domingo contra la marcha indígena que se oponía a ese proyecto.
En una breve declaración al término de una jornada de protestas generalizadas, dijo que "queda suspendido el proyecto de carretera en el Parque del Territorio Indígena Isiboro Sécure" (Tipnis) mientras los departamentos Cochabamba y Beni, por los que debía pasar la obra, decidan sobre su continuidad.
Hasta hoy, el mandatario había reiterado que la carretera iba a construirse "sí o sí", lo que desató una escalada de protestas y una marcha indígena por la Amazonía que el domingo cumplió 41 días en rechazo a esa obra financiada por Brasil.
La columna, de unos 1.500 indígenas, fue disuelta el domingo con violencia por medio millar de policías que golpearon y amordazaron a dirigentes de las etnias y mujeres y trasladaron por la fuerza a varios de ellos en autobuses y camionetas a pueblos vecinos.
El mandatario lamentó los excesos de la operación, que calificó de "imperdonable", y anunció que una comisión de alto nivel formada por organismo internacionales y el Defensor del Pueblo investigará con profundidad lo sucedido.
Al tiempo, pidió ayuda para aclarar si durante la represión murieron un niño y dos ancianos, como denunciaron los indígenas, la Iglesia Católica y los medios, aunque los cuerpos -dijo- no han aparecido hasta ahora.
Aseguró que él, personalmente, nunca dispuso una intervención violenta como la producida, y que las autoridades encargadas del tema no han reportado víctimas, pero reconoció que "los hechos de ayer dejan mucho que desear" .Los policías atacaron con gases y porras el campamento de carpas de los indígenas cerca del pueblo de Yucumo, a más de 300 kilómetros de La Paz.
El subcomandante de la Policía, general Oscar Muñoz, aseguró que lo hicieron porque fueron amenazados por nativos armados con flechas, pero el Defensor del Pueblo, Rolando Villena, dijo que los agentes actuaron cuando los indígenas estaban a punto de cenar y exigió a Morales el "cese inmediato de la violencia", lo mismo que la oficina de la ONU en La Paz.
Los indígenas rechazan la carretera porque atravesará la reserva natural del Tipnis y temen que esa reserva ecológica sea depredada e invadida por los productores de coca, planta base para fabricar cocaína.
En una breve declaración al término de una jornada de protestas generalizadas, dijo que "queda suspendido el proyecto de carretera en el Parque del Territorio Indígena Isiboro Sécure" (Tipnis) mientras los departamentos Cochabamba y Beni, por los que debía pasar la obra, decidan sobre su continuidad.
Hasta hoy, el mandatario había reiterado que la carretera iba a construirse "sí o sí", lo que desató una escalada de protestas y una marcha indígena por la Amazonía que el domingo cumplió 41 días en rechazo a esa obra financiada por Brasil.
La columna, de unos 1.500 indígenas, fue disuelta el domingo con violencia por medio millar de policías que golpearon y amordazaron a dirigentes de las etnias y mujeres y trasladaron por la fuerza a varios de ellos en autobuses y camionetas a pueblos vecinos.
El mandatario lamentó los excesos de la operación, que calificó de "imperdonable", y anunció que una comisión de alto nivel formada por organismo internacionales y el Defensor del Pueblo investigará con profundidad lo sucedido.
'Un abuso, un exceso'
"Lamentamos, repudiamos, los excesos realizados el día de ayer a la marcha. No comparto, no compartimos, una violencia, un exceso, un abuso hacia los hermanos indígenas que estaban en la marcha", dijo el mandatario tras la oleada de protestas, incluida la dimisión de su ministra de Defensa, Cecilia Chacón.Al tiempo, pidió ayuda para aclarar si durante la represión murieron un niño y dos ancianos, como denunciaron los indígenas, la Iglesia Católica y los medios, aunque los cuerpos -dijo- no han aparecido hasta ahora.
Aseguró que él, personalmente, nunca dispuso una intervención violenta como la producida, y que las autoridades encargadas del tema no han reportado víctimas, pero reconoció que "los hechos de ayer dejan mucho que desear" .Los policías atacaron con gases y porras el campamento de carpas de los indígenas cerca del pueblo de Yucumo, a más de 300 kilómetros de La Paz.
El subcomandante de la Policía, general Oscar Muñoz, aseguró que lo hicieron porque fueron amenazados por nativos armados con flechas, pero el Defensor del Pueblo, Rolando Villena, dijo que los agentes actuaron cuando los indígenas estaban a punto de cenar y exigió a Morales el "cese inmediato de la violencia", lo mismo que la oficina de la ONU en La Paz.
Los indígenas rechazan la carretera porque atravesará la reserva natural del Tipnis y temen que esa reserva ecológica sea depredada e invadida por los productores de coca, planta base para fabricar cocaína.
Un muerto y 37 desaparecidos en el operativo policial contra los indígenas bolivianos
La Policía disolvió la marcha este domingo. | Efe
- La protesta indígena se inició el 15 de agosto y recorrió a pie 273 km
- Se oponen a la construcción de una carretera que partirá en dos una reserva
- 'Tenemos unos 15 policías heridos', aseguran las autoridades bolivianas
- El Gobierno todavía no ha presentado un reporte oficial sobre los sucesos
- Unos 2.000 marchistas fueron sorprendidos por la Policía cuando descansaban
Un bebé murió y 37 personas están desaparecidas tras un operativo policial que disolvió el domingo una de las marchas indígenas que se oponen a la construcción de una carretera que partirá en dos una reserva ecológica en centro de Bolivia, reportó este lunes la red radial Erbol.
"Marchistas denuncian un bebé muerto y 37 desaparecidos, de los cuales siete son niños", informó Andrés Gómez, director de Erbol, a través de su cuenta en Twitter.
La protesta indígena que se inició el 15 de agosto en Trinidad, y que recorrió a pie unos 273 kilómetros en 42 días, fue disuelta el domingo por policías en inmediaciones del pueblo de Yucumo, 327 kilómetros al noreste de La Paz, en el ingreso a la Amazonia boliviana.
Unos 2.000 marchistas fueron sorprendidos cuando descansaban en la hacienda San Lorenzo por los policías, quienes utilizaron gases lacrimógenos y violencia física para detener a los indígenas para su transporte en autobuses y otros vehículos hasta la ciudad de Trinidad, reportó Erbol.
Pero un corte de ruta a cargo de pobladores de San Borja, a 50 kilómetros de la hacienda San Lorenzo, complicó el traslado de los indígenas detenidos, quienes fueron conducidos la noche del domingo a Rurrenabaque, donde llegaron a las 03:50 hora local (07:50 GMT) para ser llevados en avión a un destino desconocido.
Los principales líderes de la protesta indígena lograron huir a la selva amazónica y se reportaron por telefonía celular a varias estaciones de radio y televisión, como es el caso de Rafael Quispe y Adolfo Chávez, y del ex viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
La red de televisión PAT difundió imágenes donde varios policías mientras esposaban, cubrían el rostro con cinta adhesiva y golpeaban en la cabeza a Fernando Vargas, presidente de la subcentral del Tipnis (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure).
El diario 'El Deber' de Santa Cruz publicó una foto de Gabriel Tórrez, dirigente de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz, con el rostro ensangrentado y heridas en la cabeza, antes de ser llevado al hospital de San Borja.
"Hemos tenido que realizar la primera intervención (policial) en la marcha indígena con el respectivo requerimiento fiscal", informó el general Oscar Muñoz, quien comandó el operativo en la hacienda San Lorenzo.
Agregó que "los indígenas habían respondido con flechas y piedras. Tenemos unos 15 policías heridos".
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, censuró la intervención policial del campamento de los marchistas. "Hubo un uso excesivo de la fuerza y se vulneró el derecho a la libre asociación, a la libre libertad de pensamiento y de tránsito", dijo.
La representante de Naciones Unidas en Bolivia, la japonesa Yoriko Yasukawa, pidió al Gobierno de Evo Morales que pare la violencia en la región amazónica.
El Gobierno aún no presentó un reporte oficial sobre los sucesos del domingo en Yucumo ni el destino de los indígenas detenidos por los policías.
"La policía afirma que el detonante para intervención (contra los indígenas) fue el peligro por integridad física de los uniformados", informó la estatal agencia de noticias ABI.
"Marchistas denuncian un bebé muerto y 37 desaparecidos, de los cuales siete son niños", informó Andrés Gómez, director de Erbol, a través de su cuenta en Twitter.
La protesta indígena que se inició el 15 de agosto en Trinidad, y que recorrió a pie unos 273 kilómetros en 42 días, fue disuelta el domingo por policías en inmediaciones del pueblo de Yucumo, 327 kilómetros al noreste de La Paz, en el ingreso a la Amazonia boliviana.
Unos 2.000 marchistas fueron sorprendidos cuando descansaban en la hacienda San Lorenzo por los policías, quienes utilizaron gases lacrimógenos y violencia física para detener a los indígenas para su transporte en autobuses y otros vehículos hasta la ciudad de Trinidad, reportó Erbol.
Pero un corte de ruta a cargo de pobladores de San Borja, a 50 kilómetros de la hacienda San Lorenzo, complicó el traslado de los indígenas detenidos, quienes fueron conducidos la noche del domingo a Rurrenabaque, donde llegaron a las 03:50 hora local (07:50 GMT) para ser llevados en avión a un destino desconocido.
Los principales líderes de la protesta indígena lograron huir a la selva amazónica y se reportaron por telefonía celular a varias estaciones de radio y televisión, como es el caso de Rafael Quispe y Adolfo Chávez, y del ex viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
La red de televisión PAT difundió imágenes donde varios policías mientras esposaban, cubrían el rostro con cinta adhesiva y golpeaban en la cabeza a Fernando Vargas, presidente de la subcentral del Tipnis (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure).
El diario 'El Deber' de Santa Cruz publicó una foto de Gabriel Tórrez, dirigente de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz, con el rostro ensangrentado y heridas en la cabeza, antes de ser llevado al hospital de San Borja.
"Hemos tenido que realizar la primera intervención (policial) en la marcha indígena con el respectivo requerimiento fiscal", informó el general Oscar Muñoz, quien comandó el operativo en la hacienda San Lorenzo.
Agregó que "los indígenas habían respondido con flechas y piedras. Tenemos unos 15 policías heridos".
El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, censuró la intervención policial del campamento de los marchistas. "Hubo un uso excesivo de la fuerza y se vulneró el derecho a la libre asociación, a la libre libertad de pensamiento y de tránsito", dijo.
La representante de Naciones Unidas en Bolivia, la japonesa Yoriko Yasukawa, pidió al Gobierno de Evo Morales que pare la violencia en la región amazónica.
El Gobierno aún no presentó un reporte oficial sobre los sucesos del domingo en Yucumo ni el destino de los indígenas detenidos por los policías.
"La policía afirma que el detonante para intervención (contra los indígenas) fue el peligro por integridad física de los uniformados", informó la estatal agencia de noticias ABI.
La ministra boliviana de Defensa renuncia por la represión de la marcha indígena
Manifestantes protestan frente a la Policía en el aeropuerto de Rurrenabaque este lunes. | AP
La ministra boliviana de Defensa, Cecilia Chacón, renunció este lunes a su cargo de forma "irrevocable" por la disolución policial violenta de la marcha indígena que defendía un parque nacional.
"Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo defender o justificar la misma", señala la carta de renuncia, enviada este lunes al presidente Evo Morales.
Chacón opina que había otras alternativas "en el marco del diálogo, respeto a los derechos humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra".
Según la ministra, las medidas del Gobierno, "lejos de aislar a la derecha, fortalecen su accionar y manipulación dentro de la octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos".
"¡No así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera", agrega la nota, difundida por el Ministerio.
No es la primera protesta en las filas de Morales, de origen aimara, por el tratamiento a los indígenas amazónicos, ya que la semana pasada varios diputados de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), dijeron que empezarían a votar contra el Gobierno si la Policía impedía la marcha.
Morales ordenó el domingo la disolución de la marcha, que cumplía 41 días, con resultado de varios heridos y detenidos, un día después de que el ministro de Exteriores boliviano, David Choquehuanca, fuese retenido por más de una hora y obligado a marchar con los indígenas.
Cientos de bolivianos se manifiestan este lunes con vigilias, concentraciones y huelgas de hambre en diferentes ciudades para protestar por la violencia con que se dispersó a los indígenas amazónicos que rechazan una carretera financiada por Brasil que atravesará una reserva natural.
Sindicatos, asociaciones indígenas, partidos de oposición y grupos ecologistas y de defensa de los derechos humanos han organizado protestas públicas para este lunes y los siguientes días, incluyendo una huelga nacional de la Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización laboral del país.
La policía intentó este lunes subir a un avión a los dirigentes indígenas de la marcha, para obligarles a retornar a sus comunidades desde el pueblo amazónico de Rurrenabaque, pero los pobladores del lugar tomaron el aeropuerto, superaron a los agentes y liberaron a los indígenas, informaron medios locales.
"Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo defender o justificar la misma", señala la carta de renuncia, enviada este lunes al presidente Evo Morales.
Chacón opina que había otras alternativas "en el marco del diálogo, respeto a los derechos humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra".
Según la ministra, las medidas del Gobierno, "lejos de aislar a la derecha, fortalecen su accionar y manipulación dentro de la octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos".
"¡No así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera", agrega la nota, difundida por el Ministerio.
No es la primera protesta en las filas de Morales, de origen aimara, por el tratamiento a los indígenas amazónicos, ya que la semana pasada varios diputados de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), dijeron que empezarían a votar contra el Gobierno si la Policía impedía la marcha.
Morales ordenó el domingo la disolución de la marcha, que cumplía 41 días, con resultado de varios heridos y detenidos, un día después de que el ministro de Exteriores boliviano, David Choquehuanca, fuese retenido por más de una hora y obligado a marchar con los indígenas.
Cientos de bolivianos se manifiestan este lunes con vigilias, concentraciones y huelgas de hambre en diferentes ciudades para protestar por la violencia con que se dispersó a los indígenas amazónicos que rechazan una carretera financiada por Brasil que atravesará una reserva natural.
Sindicatos, asociaciones indígenas, partidos de oposición y grupos ecologistas y de defensa de los derechos humanos han organizado protestas públicas para este lunes y los siguientes días, incluyendo una huelga nacional de la Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización laboral del país.
La policía intentó este lunes subir a un avión a los dirigentes indígenas de la marcha, para obligarles a retornar a sus comunidades desde el pueblo amazónico de Rurrenabaque, pero los pobladores del lugar tomaron el aeropuerto, superaron a los agentes y liberaron a los indígenas, informaron medios locales.
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