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CONCEPCIÓN, Chile. Bomberos aplacan el fuego de un edificio que fue saqueado e incendiado. Ayer, por primera vez desde la dictadura, se estableció un toque de queda en esta ciudad.
Grupos de vándalos incendiaron un centro comercial y saquearon el cuartel de bomberos de Concepción, ciudad donde faltan agua, alimentos y combustibles, en una caótica situación derivada del terremoto que forzó a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a movilizar 7.000 militares.
“No es aceptable el pillaje y la delincuencia”, dijo Bachelet, y adelantó que el ministro de Defensa, Francisco Vidal, viajará en los próximos días a la zona, mientras que el mandatario electo, Sebastián Piñera, criticó “la tibieza” con que, a su juicio, el Ejecutivo ha encarado los desmanes públicos en la zona del desastre.
El estado de convulsión social en Concepción, segunda ciudad del país, con medio millón de habitantes, persuadió además a la Mandataria a ampliar de nueve a doce las horas en que rige el toque de queda, el primero que se implanta en Chile en dos décadas y cuya primera noche dejó como saldo un muerto en circunstancias confusas y 55 detenidos.
Los policías cambiaron su uniforme tradicional por cascos y chalecos antibalas, helicópteros sobrevolaron la ciudad y decenas de tanquetas militares comenzaron a desfilar por las calles.
“Los saqueadores están más organizados (...), amenazan la ciudad”, dijo la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe.
El estado de excepción fue declarado un día después del sismo que mató al menos a 723 personas y dañó 1,5 millones de edificios, con dos millones de damnificados sobre un total de 16 millones de chilenos.
Un violento incendio estalló en el edificio de la tienda La Polar, una de las más grandes del país, causando una nube gigantesca de humo negro que cubrió Concepción. Testigos dijeron a medios locales que el incendio fue provocado por los saqueadores y que una persona envuelta en llamas fue rescatada por los bomberos.
Decenas de infantes de Marina intentan retomar el control de la situación y se apostaban fuertemente armados en las esquinas, en una acción que no se veía desde que en 1990 se acabó la dictadura del general Augusto Pinochet. Los militares entraron a la ciudad bajo el aplauso de los residentes que gritaban: “¡Finalmente, finalmente!” como una demostración de rechazo a los saqueadores.
“Aquí están saqueando hasta los cuarteles de bomberos”, denunció el comandante de Bomberos de Concepción, Jaime Jara, y señaló que: “Andaban dos buses con delincuentes arriba saqueando las casas; yo despaché a los bomberos a los cuarteles, estamos dejando de atender las emergencias para ver primero nuestra seguridad”.
Hombres y mujeres entraban a los locales para robar mercaderías y huían antes de la llegada de policías. Bandas de veintenas de hombres atacaron también algunas gasolineras.
En la vecina comuna de Hualpén, una turba de unos 30 individuos saqueó la Municipalidad, destruyendo y robando computadores y otros artículos, por lo que el alcalde, Marcelo Álvarez, casi en llanto, pidió al gobierno que ponga “mano dura de una vez por todas, porque esto está descontrolado. Se han tomado la ciudad”.
Otras ciudades
Habitantes de localidades vecinas a Concepción, como Chiguayante, San Pedro de la Paz y Hualqui, entre otras, dijeron haber pasado “una noche de terror”, amenazados por turbas de antisociales que pretendían saquear sus viviendas, muchas de ellas desplomadas.
“Sentimos disparos durante toda la noche, tuvimos que prender fogatas y cuidar nuestras cosas”, dijo una pobladora de Chiguayante. Vecinos agregaron que la presencia militar y policial en el sector “fue nula”, durante la jornada.
De igual manera, los ciudadanos del puerto de Talcahuano, que fue cubierto por el oleaje de un tsunami tras el fuerte sismo del pasado sábado, están consternados por el vandalismo que se ha apoderado de la ciudad.
Después de saquear supermercados, bancos, gasolineras y todo tipo de comercios, algunos vecinos comenzaron anoche a robar también en el interior de los domicilios y hasta en los grandes buques, que contaban con importantes equipos electrónicos en su interior.
“Han devastado todo. No era tanta la necesidad”, señala Osvaldo Ramírez, de 50 años, mientras hace guardia frente a su panadería, donde no hay mercadería porque se ha visto obligado a regalarla.
Lo que trata es evitar que sea destrozado el local.
Un joven que no quiso revelar su identidad reconoció que esta madrugada tuvo que defenderse a escopetazos para que no entraran a saquear su casa, que había quedado parcialmente aplastada por las decenas de contenedores que fueron desplazados por el oleaje y que ahora están esparcidos por el centro de la ciudad.
Aunque algunos militares llegaron anoche para imponer el toque de queda establecido por el gobierno, la ciudad está prácticamente desamparada.
Sin luz, sin agua y sin alimentos, los vecinos de Talcahuano esperan una ayuda oficial que llega demasiado tarde.
“Estamos en tierra de nadie. Esto es peor que una película sobre el fin del mundo de Steven Spielberg”, lamenta otro joven, que explica que los vándalos han llegado a quemar varios supermercados.
La alcaldesa de Concepción criticó anoche por CNN que ha sido nula la ayuda para su ciudad, la más afectada por el sismo. “Nada ha recibido, ni siquiera un kilo de azúcar”, dijo.
Monto de pérdidas
La firma IM Trust Research, de Santiago, calculó entre 4.000 millones y 8.000 millones de dólares la pérdida material provocada por el terremoto, por debajo de evaluaciones iniciales que la situaron entre $ 20.000 millones y 30.000 millones de dólares.
Destrucción
El sismo podría tener un fuerte impacto en la economía por la destrucción de infraestructura de exportación, como puertos y carreteras, y la pérdida de mano de obra, advirtieron ayer analistas económicos.
Detalle de daños
IM Trust Research especificó las pérdidas en $ 2.500 millones en viviendas, $ 1.500 millones en estructura industrial y comercial, $ 2.000 millones en infraestructura (puertos y carreteras), $ 500 millones en maquinaria y equipo, y $ 500 millones en inventarios perdidos.
Faltan datos
Sin embargo, no hay un diagnóstico de los daños en las industrias forestal y salmonera, y la producción de vinos de la región del Maule.
