Una voluntaria de la Cruz Roja chilena colabora en la recolección de ayuda. | Efe
- Algunos voluntarios se ofrecían a repartir la ayuda con sus coches
La sección chilena de Cruz Roja ha llevado agua, alimentos, medicamentos y ropa, donados por los chilenos, a los "olvidados" del terremoto que en la madrugada del sábado 27 también castigó duramente a los barrios más humildes de la capital de Chile.
Desde primera hora del sábado, los chilenos empezaron a llegar a un almacén que la Cruz Roja tiene en Santiago con todo lo que encontraron en sus casas que pudiera ser de ayuda para los damnificados, bolsas con ropa, calzado, alimentos, pañales, mantas y medicamentos.
Hubo incluso quienes ofrecían sus coches y se prestaban como conductores para repartir la ayuda. Estos voluntarios organizaban el material recibido y lo cargaban en el maletero de su coche.
Gracias a esta solidaridad de la capital, que desde el primer minuto se volcó con la catástrofe, dos días después de que el seísmo de 8,8 grados en la escala de Richter sacudiera el centro y sur de Chile, la ayuda empezó a llegar a familias que lo perdieron todo.
El humilde barrio de Yungay
La gran mayoría de los habitantes del humilde barrio santiaguino de Yungay se han quedado sin casa y se ven obligados a dormir en la calle. Hoyos, grietas, paredes abiertas, suelos hundidos y baños quebrados fueron algunas de las secuelas que dejó el terremoto en este barrio de casas de adobe, que llevan más de 80 años en pie.
Las 19 familias que viven allí recibieron con los brazos abiertos la primera ayuda que llegó a este rincón de Santiago que sufre en silencio la huella de un terremoto que dejó a sus habitantes sin nada.
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