Un joven se protege con una mascarilla en Nueva York. (Foto: AP)
18 de mayo de 2009.- En plena situación de alerta por la nueva gripe A(H1N1), y como viene sucediendo de forma más o menos habitual, junto a las informaciones especializadas y a las noticias de interés general relativas a la epidemia, sus causas y posibles consecuencias, aparecen rápidamente teorías sin especial base científica, pero en algunos casos muy bien estructuradas, que apuntan a intereses ocultos y espurios como origen o causa de la infección.
En el caso de la gripe aviar, que recordemos todavía causa muertes en algunos países de Asia, las teorías apuntaron hacia las multinacionales de la alimentación (un clásico), que eran responsables de las condiciones inadecuadas de vida de pollos y otras aves domésticas, concretamente en Tailandia y específicamente una empresa denominada Charoen Pokphand, que además ocultó la epidemia en sus granjas.
El hecho contrastado según el cual el virus A(H5N1) existe en la naturaleza desde hace más de 100 años y causa epizootias en las aves no frenó estas especulaciones. También fueron objeto de interés las pretendidas y oscuras maniobras de algunos miembros del gobierno de los Estados Unidos (otro clásico), concretamente el entonces vicepresidente, Dick Chenney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que poseían acciones de varias empresas multinacionales farmacéuticas, entre ellas algunas relacionadas con la fabricación del oseltamivir (el famoso Tamiflu), motivo por el cual alguna agencia secreta (la CIA o la NSA son las habituales) se había encargado de crear el virus o modificarlo genéticamente, probablemente de acuerdo con militares reaccionarios, que tienen en Fort Detrick un impresionante laboratorio de investigación en enfermedades infecciosas (el USAMRIID: United States Army Research Institute for Infectious Diseases), para así crear la demanda necesaria del fármaco en cuestión.
Las propias multinacionales farmacéuticas, blanco fácil de cualquier teoría conspirativa, en este caso Glaxo (fabricante de zanamivir) y Roche (fabricante de oseltamivir), también fueron señaladas como potenciales responsables de atrocidades varias. Se cumple el principio de una de las falacias más habituales en epidemiologia: post hoc, ergo propter hoc. Es la denominada correlación coincidente o causa falsa, falacia que asume que si un acontecimiento sucede después de otro, el segundo es consecuencia del primero. La secuencia temporal es inherente a la causalidad: una causa se produce antes de un efecto. La falacia se produce al alcanzar una conclusión basándose sólo en el orden de los acontecimientos.
Posible conspiración
Ahora, con la aparición del nuevo virus gripal A(H1N1), los escenarios conspirativos se han reproducido y adaptado a las circunstancias: las multinacionales de la alimentación (granjas Carrol, en este caso) siguen siendo sospechosas. El gobierno de los Estados Unidos, por supuesto, también, no ya sólo por el posible lucro financiero de algunos de sus ex-miembros, si no por una posible conspiración entre los gobiernos de Estados Unidos y México. Se ha añadido una variante de interés, como es la teoría según la cual el virus A(H1N1) estaba destinado a asesinar al presidente Obama durante su visita a México (sin comentarios). Ah, me olvidaba, las multinacionales farmacéuticas, por supuesto, siguen en la lista de sospechosos habituales.
También hay colegas, como Adrian Gibbs, un científico australiano que ha trabajado durante años con el virus de la gripe, que se apuntaron a la teoría del virus creado o modificado genéticamente en un laboratorio, en este caso para la fabricación de vacunas. Aunque quedó claro que Gibbs achacaba el hecho a un error involuntario (sin intencionalidad), los medios se apresuraron a comentarlo. Apenas dos días después, tanto los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)como la Organización Mundial de la Salud (OMS) desmentían esta teoría. Gibbs ha tenido sus más de 10 minutos de gloria.
Mi teoría favorita es la publicada como carta al director en la revista 'The Lancet' hace años por dos astrofísicos, Hoyle y Wickramasinghe, según la cual el virus de la gripe procede del espacio exterior y que, formando parte del polvo cósmico de la cola de los cometas, periódicamente cae a la tierra, resbalando literalmente por el Himalaya hacia China, donde se originan (eso sí) las epidemias.
Si me permitís una digresión, aquí va la última teoría conspiratoria gripal: el virus fue creado por técnicos del Real Madrid, en un intento desesperado por arrebatar la liga al Barcelona. Las fechas de las últimas jornadas de Liga coinciden con las de la epidemia. En estos partidos, el Madrid, el Barcelona, el Valencia, el Villarreal y el Sevilla se enfrentaban entre sí. Las Comunidades Autónomas con más casos de gripe declarados confirmados son Andalucía, Valencia y Cataluña.
Madrid apenas ha registrado casos. Valdebebas está al lado del aeropuerto de Barajas, puerta de entrada de la mayoría de vuelos de México y núcleo de conexiones posteriores a las distintas ciudades de España. El intento de debilitar a los rivales con virus gripales no salió bien. El Barcelona es justo vencedor y campeón de esta Liga. Sin gripe.
Antoni Trilla es jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, profesor agregado de Salud Pública en la Universidad de Barcelona e investigador asociado del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB). Sphere: Related Content
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