El Paloma toca la isla con vientos de hasta 195 kilómetros por hora - Las autoridades evacuan a cientos de miles de personas y suspenden el tráfico aéreo y ferroviario
MAURICIO VICENT - La Habana - 09/11/2008
La pesadilla en Cuba continúa. El centro y el oriente del país están en estado de alerta máxima por la llegada del peligroso huracán Paloma, tan sólo dos meses después de que los ciclones Ike y Gustav arrasaran la isla de un extremo a otro dejando siete muertos y pérdidas valoradas en 8.600 millones de dólares, un duro golpe para la frágil economía cubana. Paloma tocó tierra a las 7.30 de la tarde del sábado (1.30 de la madrugada del domingo, hora española peninsular), por la costa sur de Camaguey, a unos 600 kilómetros al este de La Habana. En ese momento, el ciclón tenía fuerza tres en la escala escala Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, y sus vientos sostenidos eran de 195 kilómetros por hora.
A su paso por tierra firme, Paloma se está debilitando y ha pasado a fuerza 2, pero aún así se teme que provoque grandes daños, pues la zona fue severamente castigada por Ike el pasado mes de septiembre. Este ciclón, de menor categoría que Paloma, derribó en Camaguey 10.000 viviendas y causó daños parciales en más de 100.000. En las provincias orientales de Las Tunas, Holguin y Granma, más de 200.00 casas sufrieron daños graves y eso sin hablar de las pérdidas en la agricultura, que fueron inmensas y afectaron al 50% de las cosechas.
Cientos de miles de cubanos ya han sido evacuados y se han suspendido todos los vuelos nacionales y la circulación de trenes, además de desmovilizarse a todos los estudiantes becados en zonas rurales. Cuando todavía miles de personas siguen sin techo, las labores de recuperación que se realizaban para enfrentar las secuelas del anterior ciclón se han detenido. Ahora se corre el riesgo de que Paloma devaste las infraestructuras que resistieron el paso de Ike o que se habían empezado a reconstruir en las últimas semanas con mucho esfuerzo.
Fidel Castro advirtió ayer en el diario Granma que muchos cultivos con los que se contaba para capear la escasez de alimentos este invierno - la comercialización de productos agrícolas cayó un 80 % tras el paso de Ike-, "volverán a perderse". La situación, que ya es grave, podría empeorar más e incrementarse el desabastecimiento. El líder comunista, adelantándose a los acontecimientos, fijo su posición ante posibles donativos de Estados Unidos tras el paso de Paloma: no será aceptada ninguna ayuda de Washington mientras no termine el embargo. Un mensaje claro al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama: "Que cese el bloqueo contra Cuba es lo que demanda nuestro pueblo (...) Si ese país vuelve a caer en tal error [de mantener el embargo], podría permanecer otro medio siglo aplicando esa política inútil en relación a Cuba", enfatizo Castro. La Habana, de momento, no corre peligro, pero la situación en el oriente de Cuba es de extrema tensión.
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