9 de marzo de 2010, 03:20 AM
LA HABANA (AFP) - Cuba rechazó el lunes "las presiones y chantajes" por la huelga de hambre del periodista disidente Guillermo Fariñas, a quien describió como un agente de Estados Unidos, y lo responsabilizó junto a sus "manipuladores" de su posible muerte.
"Las consecuencias (de la huelga) serán de su única y entera responsabilidad", dijo el diario oficial Granma, agregando que no es la medicina la que debe resolver el problema creado, "sino el propio paciente, y los apátridas (disidentes), diplomáticos extranjeros y medios de prensa que lo manipulan".
Fariñas, un sicólogo de 48 años, comenzó la huelga hace 13 días en Santa Clara, 280 km al este La Habana, para pedir la excarcelación de 26 presos políticos en mal estado de salud, poco después de la muerte del preso político Orlando Zapata, tras una huelga similar de 85 días.
A diferencia del caso de Zapata -donde estuvieron a la defensiva-, las autoridades cubanas tomaron la iniciativa frente a una eventual muerte.
El gobierno comunista denunció una "campaña mediática" y negó tener responsabilidad, afirmando que, tras varias huelgas, Fariñas está "en un proceso de deterioro (físico) notable", según Granma.
De formación militar que lo llevó a las tropas de élite y a cumplir 11 meses de misión de guerra en Angola en los años 80, Fariñas "transita de una posición afín a la Revolución a una conducta antisocial", señala Granma, que le atribuye agresiones violentas a una mujer y a un anciano.
El diario oficial lo acusa además de recibir "instrucciones, dinero y abastecimiento" de sedes diplomáticas estadounidense y europeas "que dirigen la subversión en Cuba", donde las autoridades no reconocen la existencia de presos políticos (200 según la oposición) ni disidentes, pues los considera "mercenarios".
Fariñas negó las acusaciones del gobierno, afirmando que lo que se busca es desacreditarlo previo a su muerte.
"El objetivo de ese artículo es preparar a la opinión pública nacional e internacional de que el que se va a morir es un delincuente. Están tratando de desacreditar mi imagen", dijo Fariñas telefónicamente a la AFP desde su casa.
El gobierno cubano es responsable de "cualquier desenlace que pueda tener mi huelga", dijo. La protesta no es un "chantaje", sino "un gesto de buena voluntad", agregó.
Fariñas dijo haber rechazado este lunes una propuesta de asilo de España, que le hizo un diplomático español a pedido del gobierno de Raúl Castro. "Me negué" y "le expliqué que nunca había estado en mis planes exiliarme", apuntó.
En una declaración escrita, divulgada a propósito del séptimo aniversario de su arresto, 52 de los 75 disidentes condenados en 2003, dijeron que "si el régimen lo dejara morir, estaría demostrando nuevamente su desprecio total por la justicia y el respeto de los derechos humanos".
El disidente socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa, que visitó a Fariñas, dijo que lo expresado en Granma "es el intento de eludir la responsabilidad que le corresponde al gobierno cubano".
El portavoz de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, expresó que tiene "la fuerte impresión de que el gobierno está pensando dejar morir a Fariñas al igual que hizo con Zapata".
"Lo que se impone es que se le ofrezca desde ahora cuidados médicos (...) hospitalarios, al igual que debió haberse hecho y no se hizo con Zapata, a quien llevaron a una sala de cuidados intensivos 12 horas antes" de su muerte, agregó.
Fariñas entró este lunes su décimo tercer día de huelga, "un poco más débil", según dijo a la AFP, pues tras su desmayo el miércoles, se recuperó debido a la hidratación y alimentación que le suministraron por vía intravenosa en el hospits Sphere: Related Content