La ex policía María Luján Telpuk.
24 de septiembre de 2008.- Esta semana es clave en el juicio que se desarrolla en Miami, como consecuencia de aquella maleta repleta de dólares que, en agosto del año pasado, un empresario venezolano quiso ingresar a la Argentina.
Ayer declaró Guido Wilson Antonini, radicado en los Estados Unidos, a quien quisieron presionar agentes venezolanos, así dice la acusación, para que no revelase el origen ni destino del dinero que él transportó esa noche desde Caracas a Buenos Aires. El fiscal trata de probar que ese dinero iba desde el gobierno de Chávez para apoyar a la campaña electoral de la actual presidenta argentina, Cristina Kirchner. La triste casualidad para el gobierno argentino fue que ayer, mientras Cristina intentaba impresionar en su discurso en la ONU, Antonini declaraba en Miami que no sólo 'viajaron' los 800.000 dólares que le incautaron a él, sino otros '4,2 millones', que nadie sabe dónde están.
En toda esta historia, hay una heroína: la policía aeroportuaria María Luján Telpuk, que descubrió la maleta en el aeropuerto de Buenos Aires. Al poco tiempo de su hallazgo, se quitó el uniforme policial en sentido metafórico y literal. No sólo dejó de ser policía, sino que también se desnudó para las ediciones de 'Playboy' Venezuela y 'Playboy' Argentina. Aunque en un principio el conductor Marcelo Tinelli, el más visto de la televisión argentina, la había contratado para el programa 'Patinando por un sueño', ante la proximidad del juicio en Miami todo volvió a fojas cero. La muchacha que descubrió la maleta se quedó sin su sueldo de policía y sin los honorarios como bailarina de tele.
¿Qué hace ahora María Lujan Telpuk mientras en Miami se celebra el juicio que podría complicar a Hugo Chávez y Cristina Kirchner? ¿Cómo se gana la vida la mujer que arruinó la luna de miel de Cristina? Desfila por algunos pueblos de la Argentina en paños menores, donde la llaman 'la policía de la valija'. Telpuk, al igual que las estrellitas de la televisión, cobra un caché por mostrarse con pocas ropas en sitios de baile de la Argentina. La muchacha aspira a que en unas pocas presentaciones recupere los dineros invertidos en siliconas y otros afeites. Pero ya sabe que la justicia es lenta.
Ella descubrió 800.000 dólares de un tráfico de dinero negro, puso en aprietos a dos países clave de la región y, sin embargo, tiene que mostrar su cuerpo por unos mil dólares por sábado. Claro que es eso es más, mucho más, de lo que ganaba como policía aeroportuaria.
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