Medvédev llega a la isla para estrechar la renacida alianza entre ambos países y entrevistarse con Raúl Castro
MAURICIO VICENT - La Habana - 27/11/2008
Los rusos regresan a Cuba. Y de que forma: si se marcharon dando un sonoro portazo en los noventa, su vuelta, dos décadas después de la desaparición del campo socialista, es a todo tren. Entre julio y noviembre, el viceprimer ministro, Igor Sechin, ha viajado a La Habana en tres ocasiones, la última para suscribir diez acuerdos económicos y conceder un crédito por 20 millones de dólares. Esta noche (hora española) ha llegado el presidente Dmitri Medvédev con el objetivo de estrechar la renacida alianza entre ambas naciones y entrevistarse con su homólogo cubano, Raúl Castro.
En estos momentos de tensiones con Estados Unidos, Rusia quiere reforzar su relación estratégica con su ex socio ideológico. A Cuba también le interesa. Y se deja querer. Fuentes rusas dijeron que la isla es un aliado "clave" del Kremlin en la región y que hay interés especial en que sus empresas petroleras participen en la perforación en aguas profundas cubanas del Golfo de México. Medvedev y Raúl Castro se entrevistaron ayer en el Palacio de la Revolución. El presidente cubano está invitado a viajar a Moscú en 2009
El último mandatario de la Unión Soviética que viajó a La Habana fue Mijail Gorbachov, en 1989. Dos años después la URRS se desintegró. El intercambio económico con Moscú, que llegó a representar más del 80 % del total del país, pasó de ocho mil millones de dólares anuales a prácticamente cero. El golpe fue tan duro que Cuba todavía no se ha recuperado de aquella crisis.
En el año 2000, fue el entonces presidente Vladimir Putin quien viajo a La Habana. Era la época del amor entre Moscú y Washington, y poco después Putin anunció, de modo unilateral, que desmantelaría la base de espionaje radioelectrónico de Lourdes, último vestigio de la presencia militar rusa en la isla, que comenzó en 1962 con la crisis de los misiles.
Fidel Castro montó en cólera. Las relaciones tocaron fondo en aquel momento, pero años después Moscú volvió a interesarse por recuperar sus relaciones con La Habana. Ya en 2006 concedió un crédito de 350 millones de dólares para financiar diversos proyectos de minería, y en los años siguientes se incrementó sustancialmente el intercambio comercial, hasta llegar hoy a los 360 millones de dólares anuales, lo que convierte a Moscú en el décimo socio de la isla a nivel mundial.
En los últimos meses, coincidiendo con el incremento de las tensiones con Washington, las visitas de altos funcionarios y empresarios rusos se han multiplicado. El secretario del Consejo de Seguridad, general Nikolai Patrushev; el jefe del Estado Mayor de la Defensa Aérea del Ejército de Tierra, general Alexandr Máslov; el ministro de Comunicación, Igor Olegovich Schegoliev, y el número dos de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril Gundjaev, son algunos de ellos.
Tras el reciente viaje de Máslov, ambos países anunciaron el restablecimiento de la cooperación militar en la esfera antiaérea. Y según el embajador ruso en La Habana, Mijail Kamynin, ahora hay "proyectos concretos" en el sector del níquel, del petróleo y también de la industria automotriz. Kamynin aseguro que Cuba puede convertirse en "un puente" de entrada de Rusia en otros países del Caribe y de Centroamérica, "y Moscú también está dispuesto a colaborar en la expansión que realiza la isla con Petróleos de Venezuela (PDVSA)".
Las relaciones fluyen, y según los analistas, no es casual el renovado interés de Rusia por Cuba y América Latina - Medvedev termina en la isla una gira que lo ha llevado por Perú, Brasil y Venezuela-, ahora que Estados Unidos hace política en el espacio de influencia de la antigua URSS.
En Perú Medvedev suscribió un acuerdo para instalar una planta de reparación de helicópteros y con Brasil cerró un compromiso de cooperación de defensa que comenzará con la venta de 12 helicópteros MI-35 rusos. Su llegada a Caracas, el pasado miércoles, coincidió con el inicio de unas maniobras conjuntas en el Caribe de la Armada de Venezuela y una flota naval rusa. El presidente ruso y Hugo Chávez firmaron varios convenios, entre ellos uno para la construcción de una planta nuclear y otro para la adquisición por Venezuela de dos aviones comerciales rusos El intercambio económico y comercial de Rusia y los países latinoamericanos puede llegar este año a 15.000 millones de dólares, en gran medida gracias a la venta de armamento, una expansión que es vista con recelo en Washington.
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